30 diciembre 2024
En un alarde de imaginación dentro de un sueño imposible, me voy al Supermercado Consum en Vicente Ramos para comprar lo del Fin de Año. Estaba a tope y cuando llego a la cola de la caja donde hay que pagar, una voz que nunca jamás había oído, ni visto cuerpo igual, dado su tono angelical y sus formas, va y, devolviendo al suelo raso mis pretensiones varoniles, me dice: “Pase usted abuelo, pase, que usted no está para estar ahí una hora de pie”. No me puse a llorar de milagro, pensé que un día completo lleno de realidades utópicas es como intentar colar una alocada oca en un coche antiguo sin pretensiones.
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