04 enero 2025
- Un buen amigo me mandaba hoy un texto sobre las verdades de Alvise* en el que descubría las fecundas y repugnantes fechorías de nuestros políticos y yo, tímidamente, le contesté así:
Eso es una fotografía de la vida política en general y que nada ayuda a que los jóvenes crean en la democracia, tampoco creo que con su publicación el asunto se resuelva con condenas judiciales a toda esta tribu de todo color que vive a costa del dinero público en este País, pero eso sí, sabiéndolo, nos quedamos todos más a gusto que un marrano en un charco, aunque ello no sirva para nada.
Antes (no hace tanto), en este País a un político le sacaban una de las mil que le sacan al tal Pedro Sánchez o a cualquier político, y por vergüenza torera dimitían. Hoy, no, hoy dicen que todo eso es mentira, que son inventos de la fachosfera o de la izquierda radical si hablamos desde el otro lado de la política.
Este País ya no es un País serio, Manuel, no hay más que ver lo que tapa hoy todas las fechorías de los políticos observados o imputados y lo hacen poniendo en marcha el ventilador de la basura informativa. Ahora resulta que el mayor defensor del feminismo de este País es un maltratador y un machista recalcitrante. Somos un País de risa aunque ante noticias así lo que deberíamos hacer es llorar, pues el daño que les hacemos a las nuevas generaciones con ellas es incalculable.
Cuánta hipocresía, Manuel, no obstante, lo peor es parecido a lo que siempre me decía un viejo amigo (muy infiel): "No me critiques, Enrique, en este País solo es infiel con su pareja aquel que es pillado", dando a entender con ello que todos los son o lo somos. Lo mismo pasa con los políticos, pero estos son como aquellos, pero además de chorizos, se dejan pillar más tarde o más temprano y de forma bien estúpida, es como si se sintieran inviolables de por vida.
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